Novela Tchak, Sami

¡Puta vida¡- Sami Tchak

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Lo adelanto. Esta es una novela exagerada, transgresora, arriesgada, ácida, divertida, cínica, muy crítica y que se escribió en un momento en el que Sami Tchak «estaba muy enfadado. Y cuando estoy enfadado tengo mucho sentido del humor”. Os sitúo. El protagonista es un hombre descendiente de africanos que ha nacido en París, lee a autores europeos, tiene estudios universitarios y sigue siendo un ciudadano de segunda en cualquier parte, en París por negro, en África por crecer en Europa. Su padre solo sueña con volver, agotado el sueño del paraíso occidental y su madre, con más libertad en Europa que en Africa hace y deshace su vida y tiene relaciones sexuales con todo aquel que quiera tenerlas. Tiene dos hermanas que son prostitutas en Holanda y está enamorado de su prima. En un hilarante y brutal monólogo va soltando su enfado y su furia.

No hay cuadros para quien quiere expresarse. Hay una necesidad de abrir la mente para llegar a tocar el fondo de lo planteado. El sexo es un viaje y puede ser una pesadilla. Tiene voluntad de provocar y lo consigue, no deja indiferente. Se siente un malestar ante la locuaz voz del narrador protagonista y lo que nos va mostrando, pero sería muy pobre quedarse con las imágenes violentas, brutales, a veces repugnantes, que aparecen en gran cantidad de páginas de la novela. Es más un puñetazo contra la hipocresía de un mundo que se denomina «multicultural» pero que tiene culturas de primera y de segunda, contra el racismo bajo una multitud de máscaras que juegan en un baile de disfraces. ¡Puta vida¡ es un compendio de situaciones que pueden atravesar los hijos de los inmigrantes, en esa sombreada tierra del medio, entre sus orígenes (que desmitifica y muestra en uno de sus lados menos conocido, pero no por ello menos real) y el país de acogida (que no los quiere allí). En la narrativa del inmigrante de primera pero sobre todo de sus descendientes, esta novela enseña un rostro sorprendente, provocador y de gran carga de ideas, donde los límites entre correcto/incorrecto, blanco/negro, admitido/rechazado saltan por los aires para dejarnos dislocados.

Cada uno de los capítulos puede dar origen a un sinfín de opiniones y comentarios. De hecho, la novela obtuvo fuertes críticas en contra cuando se publicó, es una texto que genera controversias y rompe tipismos:

  • La melancolía por la tierra del padre del protagonista, un africano que tuvo que salir de su país

«No sé si vosotros tendréis a alguien que haya dejado su país, armado con sus sueños de retorno glorioso, para acabar por pudrirse en el exilio como un tomate olvidado y, un día, constatar que no le queda ya nada aparte del sueño de morir o ser enterrado en su rincón natal.» (pág.18)

  • El África de sus orígenes

«Y luego para complicar más las cosas, resulta que esas gentes, cuando tienen una de sus sucias enfermedades, dicen siempre que la culpa la tiene un hechicero. Así pues, se van corriendo a ver a sus vendedores de fetiches y a sus curanderos para que les den amuletos y no tener que ir al hospital» (pág.101)

  • El sexo, sus paraísos y sus infiernos

«El sexo, creerme, cuando te coge por la cintura, te posee por entero, de la cabeza a los pies. Te domina con una fuerza tal que te ves obligado a reconocer que es más fuerte que tú. En cualquier caso, debo confesaros que el sexo, bueno, ejercía sobre mi espíritu tal fascinación que empecé a ver sexo por todas partes; incluso en la boca del metro, que me recordaba el coño de una enorme mujer, cuyos grandes muslos se abrían para dejar al descubierto un antro lo bastante amplio como para albergar un millón de pollas.» (pág.125)

  • La tan cacareada integración

«Antes no comprendía por qué decía la gente que no se puede convertir en franceses a todos. Discursos como ése parecen llenos de prejuicios, así que se desechan, aunque tengan parte de verdad. Ahora ya comprendo las cosas. Con la mejor voluntad del mundo, hay comunidades que no se integrarán jamás, que serán siempre como una mancha de aceite. Precisamente, convertirlos en franceses es como mezclar el agua con el aceite; ¡esas cosas no funcionan jamás¡ Desafío a cualquiera a que transforme en auténticamente francesas a las comunidades étnicas de las casas y trasteros llenos de ratas y cucarachas, donde las asociaciones meten a las familias sin casa o que no quieren pagar alquiler.» (pág. 167)

  • El racismo, sus asociaciones y sus comprometidos miembros

«La gente que, cuando no sabe qué hacer con su vida, o cuando sueña con malversar dinero o convertirse en diputado europeo, finge ser buena. Meten entonces las narices en todas las historias de racismo para decir lo que sea. Nosotros tuvimos la idea de hacer lo mismo, pensando que podría ser divertido verlo en la tele. Decir, por ejemplo, que las cacas de perro de una vieja blanca habían provocado la caída libre de un negro gordo, que se había aplastado los cojones contra la acera. Un atentado racista.» (pág.227)

  • La apreciación de los africanos sobre los países que los acogen

«Los dos están convencidos de que en Inglaterra  y en Estados Unidos, los negros tienen un sitio o, en cualquier caso, tienen un sitio más importante que el que se ha aceptado dar a los negros en Francia. Fijaos en que los negros ven siempre lo mejor en los lugares en los que no están y lo peor en donde los acogen.»(pág.247)

  • La risa, el humor

«Imagino que en el fondo lloran incluso cuando ríen. Deben de llorar incluso cuando fingen reír, incluso cuando están de fiesta.» (pág. 285)

Ficha:

  • Título original:  Places de fêtes (2001)
  • Idioma: Original: Francés (Publicado por Ediciones Gallimard)
  • Traducción al castellano: El Cobre Ediciones, S.L. (2003)
  • Traductora: Gema Moral Bartolomé
  • Imagen de portada:  Fotografía de
  • Nº páginas: 288
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Places de fêtes. Ed.Gallimard