Mengestu, Dinaw Novela

El lugar del aire- Dinaw Mengestu

Martin A. La Regina

¿Podéis ver una cárcel de Addis Abeba donde los presos se hacinan, duermen de pie, unos encima de otros y acaban con cólera o tifus, debido a la falta de higiene? ¿Podéis imaginaros caminando una semana, sin apenas nada para comer y beber, huyendo del terror que ha impuesto un nuevo régimen en tu país, con una pequeña maleta con todas tus pertenencias y una fotografía tratando de alcanzar la costa de Sudán, para intentar tener una vida mejor? ¿Podéis imaginaros practicando contorsionismo durante cuatro meses al objeto de entrar en una caja para poder permanecer dentro de ella el tiempo suficiente para salir en barco de un país? ¿Podéis meteros en un barco y viajar así, bebiendo vuestra propia orina, sin sentir los brazos ni los pies, muriendo y queriendo que llegue la muerte?. Todo lo anterior forma parte de la vida de Yosef Getachew y nos lo cuenta su hijo Jonás, recomponiendo trozos contados e imaginados, desde la visión privilegiada que le otorga el ser un narrador capaz de ir hacia atrás incluso antes de nacer él mismo, en  la novela “El lugar del aire”.

Dinaw Mengestu, nació en Addis Abeba y con dos años llegó a los EEUU donde su padre, que escapó de Etiopía cuando llegó el régimen comunista de Mengistu Haile Mariam, esperaba a la familia. Nombrado uno de los 20 mejores escritores menores de 40 años por New Yorker, Mengestu obtuvo grandes elogios por su debut en 2007 con “The Beautiful Things That Heaven Bears”. El pasado 13 de enero, la periodista Emily Temple, en un artículo para «Flavorwire», ha incluido este título entre las “50 novelas que te harán mejor persona”.

Sobre el título de su segundo libro, ha explicado que se inspiró en un verso de “Las elegías de Duino” de  Rilke: «Arroja el espacio que abarquen tus brazos hacia los espacios que respiramos; quizá los pájaros sientan el aire ensanchado con un vuelo más íntimo». Según él, ese poema llenó el vacío que sintió después del atentado contra las torres gemelas, en septiembre de 2001. «El libro es una respuesta a aquella sensación de vacío» –afirmó en una entrevista para Lecturalab– Mengestu se lamentó de «lo rápido que reducimos nuestra identidad» cuando utilizamos palabras como «inmigrante» que se convierten en clichés y contribuyen «a que perdamos al individuo, a que olvidemos al individuo y solo lo veamos como grupo».

Jonás, tras abandonar a su mujer Ángela, decide volver a realizar el viaje, la “luna de miel” que hicieron sus padres, Yosef y Mariam, entre Illinois y Tennesse,”lleno de pensamientos grandiosos”. “Dicen que la única manera de empaparse de la historia consiste en caminarla” (pág. 141). Sus padres se habían casado en Etiopía, pero apenas se conocían, y después de tres años se reencontraban en EEUU, en un viaje cargado de promesas y sueños truncados preludio de lo que serán sus vidas; por la violencia de él, que propina el primer golpe brutal a su mujer, por la revelación de ella, que verá con claridad que su única opción será huir. “La verdad es que fue hermoso”, le dice Mariam a su hijo, recordando aquel viaje muchos años después. “Es hermoso-me gustaría decirle desde aquel punto de observación privilegiado-aunque vosotros no tuvisteis la oportunidad de verlo así” (pág. 225)

Es la historia también de Ángela la abogada práctica y él mismo, desde el enamoramiento inicial hasta las desavenencias y la ruptura. Dos parejas,  dos trayectorias y decenas de cajas/historias. Y un protagonista analizando el fracaso de su propia relación sentimental a partir de desgranar la de sus padres, un hombre que intenta comprenderse a si mismo. Un Jonás (dentro de la ballena) que pasó su juventud encontrando nuevas formas de adormecerme a si mismo, de modo que nada de lo que viniera de sus padres, o por extensión del mundo exterior, pudiera tocarle.  Un Jonás que no culpabiliza a su padre, pero describe una vida familiar llena de miedo, soledad y violencia. Un Jonás que necesita inventar y mentir para contar las historias que nunca llegaron a contarle, pero que se imagina:” Aún así, a veces la historia merece una pequeña revisión, si no por los muertos, al menos por nosotros.” (pág. 78). Un Jonás que necesita encontrar un “por qué”, entender “cómo ocurrió” para poder seguir caminando y por ello un día decide contar la historia de su padre a sus propios alumnos, que acogen entre entusiasmados y morbosos, la narración sobre Yosef. «Podría haberlo dejado ahí, pero no deseaba parar. Necesitaba una historia más completa que los exiguos fragmentos que mi padre me había transmitido; el relato breve y brutal de un hombre encerrado en la bodega de un barco era el único que conocía de sus labios. Esa historia lo convertía en un ser trágico y amargado, rasgos que sin duda se habrían acentuado con la edad. Imagino que el pasado murió muchas veces en su interior a medida que le fallaba la memoria y con ella se desvanecían las palabras que le quedaban para describirlo. Así pues, continué la historia de mi padre, sabedor que podía inventar los detalles que faltaban sobre la marcha.»  (pág.176)

Contar para perdurar. Es lo que hacen los emigrantes que cuentan sus historias a Josef en el “Centro de reasentamiento de refugiados”, la necesidad de que aquellas historias sean escuchadas, no se pierdan en el vacío. “Al poco tiempo descubrí también que lo que no podía investigarse bien podía inventarse a partir de suposiciones que casi todos compartíamos al pensar en los desheredados de países lejanos. Bill lo expresó del siguiente modo en cierta ocasión: Si te paras a pensarlo, todas las historias son la misma. Lo único que hacemos es cambiar el nombre de los países.”(pág. 34). No creo que todas las historias sean las mismas, la historia de Josef se puede parecer a la de muchos inmigrantes, pero es la suya, al igual que la de Mariam puede parecerse a otras historias sobre mujeres maltradas, pero es diferente. Dinaw lo sabe: la “narrativa del inmigrante” funciona, como tantas cosas, en forma de cliché, de rótulo, o de “cajón de sastre”; “no existe una narrativa fuera del hecho de que alguien dejó su hogar. Las razones por las que decidió dejarlo y las peripecias que lo llevan a su destino final son muy distintas en cada caso”. 

La novela está escrita de manera muy poética, con muchos instantes de gran belleza. A veces, el narrador se detiene demasiado en un momento, dejándolo como si estuviera suspendido en el aire. Una de esas escenas es la de la madre de Josef, esa mujer empujada a un destino que no pudo elegir, caminando por la carretera, después del accidente del coche en el que viajaban, recorriendo unos kilómetros sola, liberada, sin nada ni a nadie a que temer. Ese instante. Todos esos instantes. Atrapar el lugar del aire, ese instante frágil, no perdurable, en el que todo parece encajar.

«De muy joven había aprendido que antes de cualquier gesto violento hay un instante en que nace la acción, si bien no es algo que podamos ver o percibir, salvo por medio del cambio que se origina en el aire» (pág. 74)

Ficha:

  • Título original:  How to read the air (2010)
  • Idioma: Original: Inglés
  • Traducción al castellano: Random House Mondadori, S.A. (2012).Lumen
  • Traductora: Bettina Blanch Tyroller
  • Nº páginas: 304

4 comments on “El lugar del aire- Dinaw Mengestu