Dangor, Achmat Novela

Trilogía de Z. Town-Achmat Dangor

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Cuando comenté hace tiempo otra novela de Achmat Dangor, La maldición de Kafka, encontré un dato de su biografía que me llamó la atención: «fue uno de los impulsores de movimientos culturales como los Black Thoughts» (los escritores se reunían para expandir y fomentar la literatura prohibida en los distritos discriminados de población negra). Ahora puedo confesar que estuve mucho tiempo dando vueltas intentando encontrar algún dato más sobre los Black Thoughts pero no lo logré. La idea de unos escritores clandestinos en la sociedad del apartheid en favor de la difusión de la literatura prohibida me iluminó durante un par de días. Después lo olvidé. Hasta que he comenzado a escribir este artículo y el azar (en el que casi ya no creo) me puso en la pista adecuada.

Achmat Dangor credit Isobel Dixon

Black Thoughts: la lucha cultural

History of Apartheid in South Africa
Fotografia: The Spectator

En palabras del propio Dangor, a principios de los 70, la potente y feroz maquinaria del apartheid estaba dispuesta a controlar todos los aspectos de los negros sudafricanos: donde podían vivir, trabajar, estudiar, jugar, ser tratados en caso de enfermedad y ser enterrados; incluso a quien podían amar. Lo peor era que la ideología del apartheid sostenía que la idea de una identidad negra era un mito. Pero la brutal represión invitaba de forma inevitable a la reacción. Y en la lucha contra el apartheid, los miembros del movimiento Black Thoughts hicieron la suya desde un lado que se suele resaltar poco: el cultural.

Eran alrededor de 20 escritores los que lo componían y estaban decididos a ser parte de la «revolución», su papel era corregir las distorsiones culturales que el apartheid había ido imponiendo. «Civilización», comenta Dangor, era por definición, un término no sólo occidental, sino europeo, y el «discurso civilizado» sólo podría tener un adecuado formato en las lenguas de origen europeo.

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Se impuso el afrikaner en las escuelas, no se estudiaba a los escritores africanos y puestos a buscar a uno de ellos, los profesores se volvieron hacia H Rider Haggard (escritor londinense famoso por la creación de personajes como Allan Quatermain, considerado como la personificación del «cazador blanco», que protagoniza Las minas del rey Salomón, y por Ayesha o Ella, mujer inmortal que vive durante siglos en África siendo adorada como diosa por los nativos, hasta que la encuentran los exploradores europeos).

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Fotografía: Todayinlaborstory

Según Dangor, los Black Thoughts querían acabar con lo anterior, y para ello se reunían de manera clandestina. Para vigilar estas sesiones, había vigías que observaban si aparecía la policía y soltaban un simple silbido de advertencia para acabar con el recital de poesía. Finalmente el movimiento se desintegró. Algunos autores fueron prohibidos, otros escritores se marcharon al exilio y otros, en cambio, volvieron a sus vidas ordinarias. Pero hasta que esto ocurrió fue un movimiento que intentó abrir otros caminos, a través de sus escritores, llevando sus voces a cualquier audiencia que quisiera escucharles (pequeños grupos de estudiantes, activistas cívicos, sindicalistas o congregaciones religiosas), queriendo infundir un nuevo sentido de orgullo en la gente negra. Fue una forma de lucha desde el lado cultural.

En un lugar llamado Z Town

La obra está dedicada a la madre del escritor: Ouma du Preez «quien vivió parte de lo que se relata en ella». Dangor procede de una familia mixta: india y afrikaner. La trilogía se divide en tres secciones. Una de las protagonistas, Muriel, tiene además tres hijos: Jane, Dorothy y Donovan, pero son las mujeres las que llevan la voz narrativa, siendo la voz de Donovan secundaria. Podríamos decir que cada uno de los libros tiene como protagonista principal a una de las mujeres: Muriel (El representante), Jane (Aves de rapiña) y Dorothy (Gente corriente).

La trama se sitúa en una zona reservada a los negros. En uno de los muchos townships que llenan Sudáfrica, Z Town, la vida de Muriel gira en torno al bar ilegal que regenta y sus tres hijos. Escrita en 1990 cuando el apartheid tocaba a su fin, lo anterior se comienza a vislumbrar en signos como que la nueva autoridad sea un hombre negro, en principio «uno de los nuestros».

El tono general del libro es el de un retrato sugerente de la realidad conflictiva de un suburbio situado en la periferia de Johannesburgo. Es la “gente corriente”, el alma de las personas del día a día las que dan mayor credibilidad a lo que podría ser una ubicación arquetípica del lugar.

El autor consigue hacer omnipresente– sin llegar a darse uno cuenta–, el ambiente, la superficie de un tiempo, del cual captura toda su esencia y consigue que imaginemos de forma nítida sus contornos gracias al dinamismo y vigor del relato, con envolventes imágenes visuales. (Jacobo Valcárcel-Guin Guin Bali)

Una novela que no se recrea en el victimismo, donde el llanto y el lamento apenas existen, pero sí algo más fuerte, más profundo, casi indefinible, pero presente en la perenne apatía de los protagonistas. «La historia de Z Town no tenía memoria de sí misma y no podía perpetuarse a sí misma. Vivíamos al día, y cada día creábamos una realidad que nos permitía vivir con el conocimiento inexorable de la rutina y el terror de la jornada que tocaba a su fin.” (Aurora Moreno-Por fin en África)

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Fotografía: Ernest Cole (Sudafrica)

El pulsador de sensaciones

Achmat Dangor te va pulsando. Ya lo sentí cuando leí La maldición de Kafka en la que las relaciones humanas se mantenían a través/gracias al sexo. En Trilogía de Z Town, una se adentra en el bar ilegal de Muriel y siente la tensión  al saber que va a ser descubierta por el nuevo Representante, Paulus Samson, un hombre negro, «uno de los suyos», que trae consigo un toque de queda y nuevas normas. Después la tensión deja paso a la acidez, cuando Muriel se acerca a Paulus para que éste no toque a su hija y tengan un breve encuentro sexual que terminará con la visión del rostro de Muriel sin un ojo. Es un anticipo de lo que traerá la presencia de Samson en esta comunidad y en la vida de la familia Meraai en la que esa sexualidad ávida que soportan las mujeres será uno de los centros sobre los que gira la vida de ellas, convertidas en mero objeto.

Cincelados bajo una mano que describe en profundidad sus almas, los personajes de Trilogía de Z. Town no dejan un respiro para la belleza. Sus vidas parecen mantenerse en pie debido a un precario equilibrio que las empuja a seguir adelante. Muriel entrega a su hija a cambio de mantener abierto el bar. Jane acaba casada con Samson para emparejarse después con el Dr. Malik, un mestizo de descendencia india/pakistaní imbuido de ideas políticas y acabará entablando conversaciones con los pájaros. Dorothy se casará con un hombre que no quiere. Ninguna logra la satisfacción. Apenas Jane que logra salir de Z town.

La trama se va cerrando de manera opresiva provocando que las emociones y los sentimientos salgan y se lancen contra las personas, en una átmosfera negra y densa, de la que estamos seguros nada bueno va a salir. Se sucederán las muertes y los asesinatos sin aclarar, convirtiendo el township en un cementerio abierto. Aparecerán las redadas, las desapariciones misteriosas, el odio racista que traen las personas blancas, como el mozambiqueño – taxista: «Odiaba con todas sus fuerzas la revolución de su país, que lo había llevado a él a esa situación: llevar en su taxi a una puta negra, y a tener que cargar con su equipaje-.¡Jódete! Ya veréis si no vuelvo a mi casa, aunque solo sea para votar. ¡Ya les enseñaré yo a esos comunistas de mierda!.»(pág.79).

Pero ante todo, Dangor enseña que nada es sencillo. Que cada persona es compleja y que a menudo desconocemos a qué se deben sus acciones o sus pensamientos. Como también lo es el tejido social que tapiza el suelo sudafricano: blancos, negros, indios, chinos… Tal y como muestra en la presentación que realiza el Dr. Malik a su futura esposa, Jane. Tampoco este ambiente se libra del sistema patriarcal. Aflorando las diferencias entre un mestizo activista de origen indio que quiere luchar por la desparición del apartheid en cuanto diferenciacion racial y social y una muchacha mestiza, pero que todos contemplan como negra quien sufre doble discriminación: por negra y mujer.

Achmat Dangor trenza una novela plena de simbolismos, donde cada detalle es interpretable y juega además con otro elemento desconcertante entre el sueño y la realidad, como otra manera de percibir la realidad, la inquietante relación que mantiene Jane con los pájaros o las transformaciones de Muriel, en forma de contrapunto mágico (como si intentara de esa manera que sus personajes expresaran lo que de otra manera es imposible) ante tanta violencia.

James miró a su madre, que, tras treinta y cinco años de matrimonio, todavía no había logrado plantar cara a su esposo. Se mantenía estoicamente al sol, acostumbrada a las injusticias de la vida patriarcal que vivía (pág.72)

Ficha:

  • Título original: The Z Town Trilogy (1990)
  • Idioma: Original: Inglés
  • Traducción al castellano: Editorial El Cobre (2009)
  • Traductor: Juanjo Estrella
  • Páginas: 292

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