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Premio Caine 2013, con él llegó la polémica


El pasado mes de julio, le dieron el Premio Caine 2013 a Tope Folarin por su relato “Miracle”, podéis leerlo íntegro aquí [en].

El Caine es un premio literario anual para el mejor cuento original de un autor africano, localizado en África u en otros lugares, y publicado en el idioma inglés. Fundado en el Reino Unido en 2000, el premio es, a veces, llamado el «Booker africano».

Foto: Tope Folarin (ChannelsTV)

Folarin es el primer escritor que vive fuera del continente africano en ganar el premio. Nació y se crió en los EE.UU., pasó un año en Nigeria y seis meses en Ciudad del Cabo, pero ha vivido sobre todo en el Reino Unido y EE.UU., y en la actualidad reside en Washington DC. Es decir, se trata de un hombre que la totalidad de su vida (exceptuando un corto periodo de tiempo) lo ha pasado en Europa y América. Él se considera nigeriano y americano.

Además de la lista de los cinco nominados al premio, tres viven en EE.UU y uno, al menos, tiene la nacionalidad estadounidense. La pregunta que inmediatamente ha surgido es más o menos la siguiente: ¿está bien premiar en un premio “para escritores africanos” a un escritor no nacido en África y que la mayor parte de su vida la ha pasado fuera del continente?. 

¿Qué hace a un escritor/a ser un escritor/a africano/a “real”?

La primera en hablar sobre la cuestión ha sido Maaza Mengiste (esta escritora nació en Etiopia pero reside en EE.UU): «Parece que cada nuevo escritor con cualquier conexión remota con el continente africano, ya sea voluntaria o involuntariamente, primero tiene que lidiar con esta cuestión de la identidad antes de hablar acerca de lo que debería importar más: su libro» dijo la escritora. Para seguidamente escribir un artículo para The Guardian sobre la cuestión. Resalto a continuación algunos puntos:

http://www.maazamegiste.com

1.-África es un continente de 55 estados reconocidos, con una población de más de mil millones y más de 2.000 idiomas, por lo que responder de forma única a esta cuestión parece muy difícil.

2- Mi nacionalidad constituye una parte tan importante de lo que soy como mis experiencias. He hecho mi hogar en Estados Unidos. Es donde me enamoré por primera vez y donde me rompieron el corazón, donde vi mi ego magullado y donde aprendí a remontar de nuevo. Es el lugar donde conocí a mi marido y, un día, donde nacerán mis hijos. Pero mis recuerdos más fuertes y más felices son de mi infancia, son de Etiopía. Es donde conocí la narración y empecé a imaginar mis propias historias. Es el lugar donde están enterrados mis abuelos y donde sé que mis padres se pondrán a descansar. Es donde mi imaginación va cuando me siento a escribir. Es el hogar también. ¿De cuál de estos países quieren que me separe y con qué propósito?.

3.-La literatura denominada “africana” en la industria editorial se está vendiendo muy bien.

4.- La pregunta sobre la identidad africana implica distinguir entre «casa» y «destino»,  debe ser una constante negociación entre vivir donde uno debe y donde realmente pertenece.

5.- Tal vez lo que realmente tenemos que preguntarnos es a donde nos transportará el libro  cuando lo leamos.

La continuación del debate ha llegado de la mano de otra escritora sudafricana, C.A.Davis, en el blog Africa is a country [aquí], escribe que el debate viene ya de lejos. Comenta cómo el  “The Kwani? Manuscript Project” (nacido para celebrar la novela africana, su adaptabilidad y su resilencia) sonaba impresionante: una iniciativa (ayudados en parte por la financiación europea, con sede en Kenia, con un panel de jueces de la diáspora) que pretendía premiar el debut de escritores africanos que continuaran avanzando en la forma de la novela africana.

Sin embargo, la propia escritora se pregunta, ¿dónde estaría yo, proveniente de  una ciudad que es más frecuentemente comparada con Europa que con cualquier otra ciudad africana? (recordad que es sudafricana). Finalmente vio con alegría que su novela se incluía entre la narrativa del continente. Añade que el «Proyecto Kwani» ha cobijado incluso obras de ciencia ficción lo cual es un buen indicativo de las perspectivas cambiantes de qué y quién puede determinar la ficción africana(s).

¿A quién se le considera o no escritor/a africano/a?

Aminatta Forna no se siente una voz de África, ella es una escritora de la diáspora. Nació en Glasgow y creció entre Reino Unido y Sierra Leona. Hija de padre africano y madre escocesa, tras el éxito de El jardín de las mujeres, ha sido calificada como una de las voces de África. Halagada, Forna piensa que se trata de una exageración: «Vivo en Londres y tengo familia en Sierra Leona. Además me parece dañino para los escritores que son realmente africanos. Ser escritora de la diáspora es algo diferente, constituimos un puente entre dos culturas, y la voz de África tiene que ser una voz que surja desde dentro«. ¿Y por qué no lo hace? «Es necesario tener una base económica para poder pasar a crear arte. Sigue siendo difícil publicar fuera de África. Las editoriales occidentales están ahora empezando a interesarse y a pelearse por los escritores africanos, pero sigue siendo un proceso lento. Creo que comienza con los escritores de la diáspora, que somos más accesibles», explicó la escritora a Público.  

Los escritores y escritoras africanos siguen tratando de perfilar su identidad. Recientemente tuvo lugar el “Africa Writes”, organizado por la Royal programme_imgs_13African Society (RAS) de Londres. Entre la gran diversidad de debates y actividades del festival de literatura africana, ‘Africa Writes’, entre los días 5 y 7 de julio, los autores coincidieron en un aspecto: la literatura africana no consiste en alterar las recetas occidentales, añadiéndoles especias africanas. Se trata de una forma de escritura desde los propios códigos culturales, por y para los africanos, pero en una esfera global. Fuente: Olga Barrios 12/07/2013- «Diarium»