Ávila Laurel, Juan Tomás Labou Tansi, Sony Novela

Juan Tomás Ávila Laurel recomienda: «Las siete soledades de Lorsa López»

Autor invitado: Juan Tomás Ávila Laurel (Malabo). Título original: «Recogiendo el legado de Sony Labou Tansi: una parodia feroz de las dictaduras africanas«.

Juan Tomás Àvila Laurel
Juan Tomás Àvila Laurel. Foto: Wikipedia

Al margen del hecho del sufrimiento para las poblaciones o países que las sufren, las dictaduras africanas también acaparan la atención de los artistas del mundo entero, especialmente de los africanos. Por su obviedad, las reacciones provocadas por la vivencia de las dictaduras en los artistas de masas, como músicos y cantantes, no serán abordadas en este breve trabajo, circunscribiéndonos a los sentimientos expresados por escritores en obras de creación literaria y, en exclusiva, de la particular lente del escritor doblemente congolés Sony Labou Tansi.

La extrema volubilidad de la expresión artística, hecho propiciado por estar la misma sustentada en los soportes subjetivos que, pese a serlo, son los que configuran su entidad, permite que diversos actores aborden el tema de la dictadura de manera también variopinta. No obstante esta aseveración, nos permitimos destacar dos maneras de abordar el tema de nuestra discusión: La primera es la versión bruta de los pilares básicos de un régimen dictatorial a productos artísticos de consumo público o masivo, sin atenuar siquiera los aspectos más ásperos o truculentos. Cuando el producto artístico es una novela, el producto de ficción por excelencia, la versión es casi fidedigna, permitiendo a las víctimas reconocer y revivir incluso los abusos de los que fueron objeto y a la población y a los demás testigos descubrir los personajes que los cometían, aunque estuvieran ocultos bajo otra identidad, incluso bajo otra apariencia. Como ejemplo de ello, podemos citar, en un caso más cercano, una novela de Donato Ndongo, Los poderes de la tempestad, y otra del famoso autor peruano Mario Vargas Llosa (La fiesta del chivo), sobre el dictador dominicano Leónidas Trujillo.

La segunda forma es la «destilación» de los elementos dolorosos de una dictadura para que el resultado pueda ser catalogado de obra de arte, provisto, por ello, de un porcentaje mayor de soportes subjetivos para que su «digestión» por la masa lectora, siendo víctima o no, no suponga ningún menoscabo, al menos aparente,  a su integridad moral o psíquica.  De hecho, en las obras de este tipo la relación de la narración artística con los hechos históricos que supuestamente aborda es tan tenue que solo los testigos o los investigadores más atentos serían capaces de percibirla

Es muy frecuente en esta manera de abordar el hecho dictatorial en la literatura no solo la subjetivación antes mencionada, sino la estrecha relación existente entre el realismo y la fantasía. Y es que esto se produce, a nuestro juicio, por la desproporcionada motivación del activo de la dictadura, de manera que un intento por asimilar sus hechos dé como resultado la normalización de los fantasioso, de los imaginario, creando así lo que en otras latitudes, y para con ciertos autores, se ha venido en llamar realismo mágico, obviando matices.

               Las siete soledades de Lorsa López, de Sony Labou Tansi.

51gDgI5nCaLEs una novela que se supone aborda la vida durante la dictadura instaurada y sostenida por el ciudadano del Congo Belga Josep Desiré Mobutu, Mobutu Sese Seko Nkunku Ngbendu wa Za banga. La trama de la novela se desenvuelve en localizaciones realistas, con personajes asumibles o creíbles, en entornos asociativos fácilmente asimilables a los de la época de la dictadura mencionada, o a la realidad del Congo. El aspecto en que se difiere del planteamiento anterior es cuando Sony aplica su particular lente a la realidad que quiere diseccionar. En Las siete soledades de Lorsa López el autor no oculta la crueldad ni los aspectos dolorosos de las dictaduras, pero su expresión es con un lirismo, rayano en el absurdo, y nutriéndose de la ironía, que permite que dicha crueldad se perciba con sutileza, incluso como una obra de arte. Se diría, pues, que pese a los dolores que causa, el autor se ríe de los hechos de la dictadura. Se ríe, en definitiva, de la dictadura, de los dictadores. La conversión del dolor en arte se produce cuando, con inusitada maestría, los aspectos dolorosos son despojados de toda objetividad, como si no los hubiera sufrido nadie, y expresados en soportes asequibles a otras esferas del sustrato humano. Con este hecho se produce la sensación de que el autor se aleja de la realidad, que es uno de los argumentos con los que atacan los detractores de esta tendencia. Fuera así o no, y aquí no cabe sitio para la discusión de esta objeción necesaria, lo que podemos decir es que la humanidad necesita constantemente del arte, y de los artistas para diseccionar la vida.

Las sietes soledades de Lorsa López ha sido publicado en castellano por El Aleph Editores (2007) y por Muchnik Editores (1989).

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