Mengestu, Dinaw Novela

Todos nuestros nombres – Dinaw Mengestu

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Dinaw Mengestu es un nombre conocido. A pesar de su juventud (nacido en Addis Abeba en 1978) es uno de los referentes de la nueva generación de escritores que provienen del continente africano. Y tengo que decir otra vez que provienen, ya que emigró a Estados Unidos con su familia a los dos años, creció, estudió y trabajó fuera de su país. Como periodista ha escrito para Rolling Stone, The New Yorker, y para el Wall Street Journal. Y nunca ha vivido en Etiopía. Es decir, que es un hijo de la diáspora.

Fue nombrado uno de los 20 mejores escritores menores de 40 años por New Yorker, obtuvo grandes elogios por su debut en 2007 con The Beautiful Things That Heaven Bears. La periodista Emily Temple, en un artículo para “Flavorwire”, incluyó este título entre las “50 novelas que te harán mejor persona”.  A la anterior le siguió El lugar del aire (comentada en LitERaFRicA) que confirmó su talento, y el año pasado fue incluido en la lista «Africa39» como uno de los escritores más prometedores por debajo de los 40 años.

Me gustó El lugar del aire, en ella Dinaw escribe con pasión, componiendo escenas del pasado a partir de los recuerdos, de las historias contadas a jirones. Dentro de la novela se podía sentir la necesidad de encontrar el hilo que tiene que desmadejar la vida no vivida, de la que de manera inevitable se forma parte. “Dicen que la única manera de empaparse de la historia consiste en caminarla” (pág. 141) afirma el protagonista. Y en el texto va apareciendo esa búsqueda a través de la triste historia de sus progenitores y transmitiendo esa tremenda situación, primero de violencia y brutalidad al límite que hace abandonar un país, en este caso Etiopía, y después de desarraigo y no anclaje en el otro lugar al que se llega. Me gustó El lugar del aire por muchas otras razones, pero no la considero una obra redonda.

Es extraño (una rareza digamos) darte una vuelta por una librería y toparte entre las novedades con una novela de algún autor/a africano/a. Me ha pasado con Chimamanda Adichie Ngozi, Teju Cole, Tayie Selasi, Aminatta Forna y con Dinaw Mengestu. Todos los anteriores me gustan, algunas de sus obras más que otras, pero también me entristece ver que son los únicos que llegan a habitar las secciones de novedades de las librerías. Cuando busco y leo en otros medios el increíble, fascinante, vibrante y multi-todo mundo literario que surge mes a mes en el continente africano y que no logra traspasar aquellas fronteras, cuando me imagino uno tras otro esos libros que presentan, esos escritores con tanto que contar…

Dinaw Mengestu vive en EEUU, trabaja para medios importantes y, además, escribe bien. Tiene un estilo particular, muy sutil, leve, evanescente, con el que narra situaciones al límite y situaciones de desencuentro como las que sufren muchas personas que emigraron y no llegan a encontrar su lugar. En Todos nuestros nombres abandona ese tono para utilizar un estilo más directo y nos habla de nuevo de las relaciones, de cómo se incrusta alguien con un duro pasado en una sociedad que le rechaza, aún más cuando se dan situaciones de racismo. Me gusta mucho lo que Mengestu creo que quiere decir, simpatizo con la idea de que la historia de un hombre no es solamente su historia, sino también la de todos los que la hicieron posible, ese desdibujar al individuo para darle una voz colectiva. Todos nuestros nombres, que se mezclan y se equivocan para resultar ser uno solo o muchos, como los que luchan contra la barbarie y las dictaduras o los que se empeñan en plantarse. Pero no es suficiente, a la historia de Mengestu le falta garra. La trama avanza apenas sin interés y ni siquiera el modo en el que el escritor intenta introducir algo de misterio hace que la historia resurja. Además de algunos fragmentos en los que se describe la rebelión en Uganda, es quizás la parte de Helen, la trabajadora social que se enamora del protagonista, el personaje que más atrae, más cercano parece, la historia de ese amor hecho de desencuentros es la que está mejor narrada, como síntesis de unas relaciones personales que se pueblan de silencios y carencias.

Nuruddin Farah dijo de si mismo que el mundo necesitaba «un escritor somalí» para su fiesta, y que ese era él, que con él habían cubierto el número de somalíes que serían llamados a esa fiesta. Este blog se abrió para que fueran muchos-muchísimos más los llamados a la fiesta, y no solo unos cuantos elegidos, como siempre, por nosotros, por nuestros encorsetamientos ad infinitum. Dentro de esa manera ligera en la que metemos a cualquiera que nos resulte diferente en alguno de los múltiples cajones que ya hemos diseñado para ello, a Dinaw le puede estar ocurriendo que sea invitado por ser «el escritor que cuenta la experiencia de la inmigración africana».

Lo que no sabía hasta entonces era que querer a alguien y sentirse querido a su vez era el mejor ejercicio para el corazón, el ejercicio de fortalecimiento necesario para hacer algo más que limitarse a ir tirando en la vida. (pág. 184)

Ficha:

  • Título original:  All our names (2014)
  • Idioma: Inglés
  • Editorial: Lumen (2015)
  • Traducción: Eduardo Iriarte
  • Nº páginas: 304
  • Nombrado Mejor libro del año por The New York Times, The Washington Post, NPR, The Boston Globe, The Christian Science Monitor, y The Daily Beast
  • En catalán: Els Nostres Noms. Editorial Empuries, 2015

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6 comments on “Todos nuestros nombres – Dinaw Mengestu

  1. nenaespera

    Lo estoy leyendo y lo he dejado dos veces. A ver si a la tercera va la vencida. Para mi gusto le falta algo…

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  2. charmingyellow

    Aún no he leido ninguún libro de este escritor. me encantaría leer «All our names» tiene muy buenos elogios. Gracias por compartir.

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  3. Reblogueó esto en Panamá Poesías, Pensamientos y Lecturas infantiles.comy comentado:
    Que excelente descripción, impregnada de una sinceridad y clarividencia que merece ponderación. Una verdadera guía de Lectura. Gracias mil… Ser rechazado y ser querido, el mundo está hecho de contradicciones, la realidad es así.

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  4. Pingback: “despertar es descubrir que a Occidente | ONG AFRICANDO SOLIDARIDAD CON AFRICA

  5. Pingback: #100lecturasafricanas – Día 16: “El lugar del Aire”, de Dinaw Mengestu – Reino de Aksum

  6. Gilgamest2020

    Reblogueó esto en Casiopeay comentado:
    Es duro reinsertarse en una nueva sociedad

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